El Oro de España
Hemos visto cientos de veces en el cine dónde guardan los americanos sus reservas de oro: Fort Knox y La Reserva Federal, los sitios más seguros y custodiados del planeta, repletos de puertas blindadas, cámaras acorazas... Pero, ¿tiene España algún lugar como estos para las reservas de oro del estado? ¿Está seguro nuestro oro? "Hoy vamos a hablar de esto y también un poco de economía.
Digo "nuestro oro" porque esta reserva pertenece a todos los españoles, aunque no, no podéis presentaros en el Banco de España y pedir un par de lingotes. Las reservas de oro nacionales son una de las formas que usan los estados para invertir y ahorrar dinero, igual que puede hacer un particular, y tienen un notable efecto de respaldo a la economía de un país. Pero hace falta un sitio especialmente seguro para guardar estas grandes cantidades y España tiene un búnker en el centro de Madrid , a 48 metros de profundidad, que parece sacado de las pelis de Misión Imposible. Hoy os voy contar cómo es , aunque hay detalles que por razones de seguridad no son públicos.
Pero antes hablemos de lo que hay dentro, o más bien , de lo que queda. Las reservas de oro del estado español ascienden a unas 280 toneladas, que no está mal, pero podrían ser muchas más si no se hubieran cometido determinados errores de planificación económica. Y es que en 2007 se decidió vender 240 toneladas, casi la mitad de lo que teníamos, porque parecía un buen momento. Teniendo en cuenta que hoy el oro vale el doble (y llegó a valer el triple hace 4 años) ,nuestros economistas de estado hicieron un pésimo negocio.
En esos años, justo antes de la crisis, algunos lumbreras empezaron a decir que el oro era una inversión poco rentable, que había otras cosas que "daban más". Invertir en oro era un reflejo arcaico, pasado de moda. La Unión Europea animó a los países a deshacerse de sus reservas y convertirlas en activos más "atractivos".
Así que nosotros y otros países vendimos a lo que parecía buen precio, mientras China y Suiza compraban a manos llenas. Y todo esto para ver al cabo de dos años, con cara de panolis, cómo el precio subía por las nubes. Efectivamente, al estallar la crisis, todo el mundo se volvió loco por encontrar un valor refugio en el que invertir , que fuera seguro y rentable...y volvió a ser el oro, como siempre a lo largo de la historia.
Habrá quien diga que era difícil de prever, pero está claro que los suizos lo hicieron y creo que deberíamos fijarnos más en el vecino listo que en el vecino tonto.
Porque los alemanes también se libraron de malvender su oro: a pesar de la presión del gobierno de Berlín y la UE, que quería ver pasta en billetes sobre la mesa, el Bundesbank se resistió a la venta y hoy Alemania es el segundo mayor poseedor de oro tras Estados Unidos.
Pero volviendo al tema del búnker ¿cómo es nuestro Fort Knox madrileño? Pues de lo más sofisticado: se trata de un sótano en el banco de España, en el centro de la capital, que está como decíamos a 48 metros de profundidad. Si alguien quisiera robarlo tendría que bajar primero en un ascensor de seguridad a otro sótano a 36 metros de profundidad y pasar la primera puerta acorazada, que se abre con dos llaves y dos claves, en posesión del cajero y del interventor.
Después hay que bajar de nuevo en ascensor otros 12 metros y atravesar otra puerta blindada de 15 toneladas, luego cruzar un foso y sortear otra puerta como la anterior. Todo está lleno de cámaras , detectores de movimiento y espejos , para poder detectar rápidamente a cualquier intruso.
Pero lo más espectacular del sistema de seguridad es, sin duda, un mecanismo por la que el agua de un riachuelo subterráneo, que es el que alimenta la Cibeles, inundaría todo el complejo en cuestión de minutos. Así que si un día veis que no sale agua en la fuente, a lo mejor es porque alguien se ha colado en el búnker. Antiguamente, dos familias de la Guardia Civil vivían en estas catacumbas , haciendo rondas contínuamente, pero la electrónica los acabó sustituyendo.
En fin, que parece que nuestro oro está seguro, lástima que si ahora quisiéramos volver a tener la cantidad de 2007, tendríamos que pagar el doble de lo que nos pagaron entonces a nosotros.
Una cosa más un tanto preocupante: parte de nuestras reservas no se guardan aquí sino en la cámara acorazada de la Reserva Federal de Estados Unidos. Hace ya cuarenta años que los americanos custodian reservas de oro de otros países. Esto se hizo por cuestiones de seguridad, para no tener "todos los huevos en la misma cesta", en caso por ejemplo , de una invasión por parte de un país enemigo. Por eso Alemania lleva guardando su oro en EEUU desde los años 50. Bueno, pues en 2013 Alemania decidió repatriar su oro poco a poco. Tenían pensado traerse unas cuantas toneladas cada año y tenerlo todo en Berlín en 2020. Pero en lugar de darles la cantidad requerida, los americanos se hicieron los remolones y sólo entregaron una pequeña cantidad.
En ese contexto, el economista Paul Craig Roberts, antiguo subsecretario del tesoro durante el gobierno de Reagan, lanzó la noticia de que las cámaras acorazadas están vacías: ¡no hay oro! Según él, los gobiernos americanos se lo habrían ido gastando a lo largo de los años. La Reserva Federal contestó que sí lo tienen pero, como no acepta auditorías externas, nos tenemos que fiar de lo que nos digan.
Hay analistas que dicen que las declaraciones de Craig Roberts son un exabrupto sensacionalista y ojalá sea cierto. Lo más preocupante es que Alemania renunció finalmente a repatriar su oro. Angela Merkel acabó diciendo que el oro estaba bien en EEUU y que de momento lo dejaban allí. Evidentemente, esta extraña actitud hizo que los que afirman que ya no hay oro en la Reserva Federal viesen reforzadas sus sospechas y el rumor sigue ahí, sonando de fondo.
Esperemos que no sean ciertos estos rumores, porque podría ser, además de un escándalo sin precedentes, el origen de otra gravísima crisis económica: significaría que muchísimo dinero con el que se cuenta se habría evaporado y las consecuencias serían tan tremendas que da pánico sólo pensarlo...
Fuentes: ABC, El Mundo, Oroyfinanzas, El blog salmón