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Una joya puede ser sólo un adorno, o puede ser mucho más. Puede ser arte, expresar la personalidad de quien la lleva, puede simbolizar un momento de felicidad, o ser un recuerdo valioso de alguien querido. Por eso la orfebrería es un oficio tan antiguo, porque responde a una necesidad del ser humano.

Crecí entre herramientas y piedras preciosas: cuando salía del colegio, me encantaba ir al taller de mi padre y ver sus manos trabajar, mientras me contaba cosas sobre los metales y las gemas.

Pronto empecé a sentarme a su lado para hacer mis primeros trabajos, sin duda con el mejor maestro, el que me enseñó las técnicas y secretos de este oficio milenario, pero sobre todo me transmitió su ética profesional y su amor por las cosas bien hechas que duran para siempre.

"Nunca entregues una pieza de la que no estés satisfecho, deshazla y vuelve a empezar de cero. Esa pieza saldrá al mundo, y no querrás que hable mal de tí durante años..."

Todavía hoy, que él ya no está, antiguos clientes de mi padre me dicen que conservan joyas hechas por él, y esto es algo que me emociona profundamente.

Mi padre en 1965

A pesar de que el oficio se me daba bien, lo cierto es que nunca pensé que acabaría siendo mi medio de vida. Era yo un chico demasiado inquieto, quería hacer mil cosas, ver todos los países, leer todos los libros.

No tenía paciencia para estar largas horas haciendo lo mismo, me interesaban muchas cosas diferentes.

Así que, en mi juventud, realicé distintos estudios: de fotografía, química, diseño, historia, arte…Durante años, abandoné la orfebrería y fui aprendiz de mucho, maestro de nada

Pero un día me di cuenta de que todo lo que había aprendido lo podía aplicar a este trabajo, que esos conocimientos eran material e inspiración para realizar creaciones de joyería.

De mi pasión por la historia, nació la Colección Antiques, hecha con antigüedades.

De mi interés por el arte, surgieron joyas de diseño contemporáneo, inspiradas por ejemplo, en cuadros de Kandinski, en películas de Kubrick, en edificios de Norman Foster.

Las ciudades y los paisajes que vi, me nutrieron formas y conceptos que plasmar. Me di cuenta de que, tras esos años errantes, había encontrado mi camino y mi lenguaje.

Y supe también que las cosas que valen la pena necesitan tiempo y paciencia.

"Lo que hace importante a tu rosa es el tiempo que le dedicaste"

Saint-Exupéry, El Principito

Paula Iglesia

Tuve entonces la suerte de conocer a Paula, la que hoy es mi mujer. Apasionada del arte y del diseño, su personal visión enriqueció enormemente el trabajo en todo el proceso creativo. Desde entonces formamos un equipo donde las ideas se complementan y juntos abrimos nuestro propio taller y tienda en Serra de Outes en el año 2001.

Mucha gente se sorprendía – y todavía lo hacen- de que hubiéramos elegido un pueblo tan pequeño para montar una joyería como esta, pero teníamos confianza en nuestro trabajo y nos gustaba vivir en este precioso lugar, entre el mar y las montañas.

Además, de alguna manera intuíamos que el mundo iba a cambiar, que iba a dejar de haber distancias, que podríamos llegar a gente de otras partes si hacíamos algo que fuera interesante y dábamos un trato exquisito a nuestra clientela.

Entorno de Serra de Outes

El tiempo nos dio la razón: además de nuestros vecinos, en pocos años empezaron a venir clientes desde puntos más lejanos sin importarles desplazarse, porque les gustaba nuestro trabajo.

Luego llegó internet, que nos permitió llegar al resto del país y a todo el planeta: hoy en día nuestras joyas se venden online a toda España, y también a Nueva Zelanda, Estados Unidos, Alemania, etc.

Ahora, tras muchos años de experiencia en la atención online, estamos muy orgullosos de dar un servicio del más alto nivel, aunque el cliente esté a cientos de kilómetros y nunca defraudar su confianza.

Así fuimos creciendo, poco a poco. En los últimos años nos están pasando cosas muy bonitas: ver a celebrities con nuestras joyas, exponer en museos nacionales, algunos premios…Pero lo más bonito es sin duda que, en el día a día, las personas nos elijan para expresar sus mejores sentimientos a través de nuestras creaciones.

Creemos firmemente que la artesanía es cultura, que el verdadero lujo no está en el precio de una pieza sino en el hecho de sea algo único, en un mundo donde todo se fabrica en serie. Creemos en lo singular, lo diferente, en la joya realizada a mano, con mimo, tiempo, cariño y con los materiales de la mayor calidad, para que así dure para siempre.

Fernando Gallego

Visita las siguientes secciones si quieres saber quiénes son los famosos que llevan nuestras joyas, los premios y galardones que hemos recibido, y conocer más sobre nuestra trayectoria. En la sección de Opiniones, podrás ver lo que dicen de nosotros nuestros clientes

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